La salud articular es esencial para mantener la movilidad, funcionalidad y calidad de vida a lo largo de los años. A medida que envejecemos o sometemos nuestras articulaciones a estrés físico, como ocurre en el deporte o por actividades cotidianas, es común que surjan problemas como dolor, inflamación o pérdida de flexibilidad. Los nutracéuticos, como el colágeno, la glucosamina, la condroitina, el ácido hialurónico y el MSM, han ganado atención por su capacidad para apoyar la salud articular de manera natural y complementaria a los tratamientos convencionales.
En conjunto, estos suplementos no solo abordan los síntomas, sino que también influyen en las causas subyacentes del deterioro articular, ofreciendo un enfoque integral para mantener la salud de las articulaciones. Ya sea como parte de la prevención o en el manejo de afecciones como la osteoartritis, la suplementación con estos nutracéuticos representa una estrategia efectiva y respaldada por la ciencia para optimizar la función articular y mejorar la calidad de vida de quienes buscan cuidar su salud articular a lo largo del tiempo.
Colágeno
El colágeno es una de las proteínas más abundantes en el cuerpo, presente en la piel, huesos, tendones y articulaciones. Su función principal es mantener la integridad del tejido conectivo y proporcionar resistencia a las estructuras corporales. Se compone principalmente de los aminoácidos glicina, prolina e hidroxiprolina, los cuales forman una estructura de triple hélice que contribuye a su resistencia y flexibilidad.
Tipos de colágeno y formas de suplementación
- Colágeno hidrolizado. Es la forma más utilizada en suplementos debido a su alta biodisponibilidad. Se obtiene a través de la hidrólisis enzimática, que descompone la proteína en péptidos pequeños y aminoácidos, facilitando su absorción en el tracto digestivo. Estudios sugieren que la suplementación con colágeno hidrolizado puede mejorar la síntesis de la matriz extracelular, favorecer la reparación del cartílago y reducir el dolor articular en la OA (Khatri et al., 2021).
- Colágeno nativo tipo II. Mantiene su estructura original de triple hélice y actúa mediante un mecanismo inmunomediado, denominado tolerancia oral. Este tipo de colágeno ha demostrado reducir la inflamación articular y mejorar la movilidad, especialmente en casos de artritis reumatoide y OA. Su eficacia se debe a la modulación del sistema inmune, disminuyendo la respuesta autoinmune contra el colágeno del cartílago (Schön et al., 2022).
- Gelatina y colágeno desnaturalizado. Aunque son menos eficaces para la salud articular debido a la pérdida de la estructura de triple hélice, se utilizan por sus propiedades gelificantes y aplicaciones en la industria alimentaria.
- Colágeno recombinante y sintético. Este tipo, producido mediante biotecnología, aún está en desarrollo y limitado a aplicaciones experimentales en medicina regenerativa y biomedicina (Martínez-Puig et al., 2023).
Beneficios del colágeno
La suplementación con colágeno no solo puede mejorar la salud articular, sino también la regeneración del tejido conectivo, especialmente cuando se combina con vitamina C, que facilita la hidroxilación de prolina y lisina, esenciales para la formación de colágeno. Ensayos clínicos indican que dosis de 5 a 15 g al día, combinadas con ejercicio físico, pueden reducir el dolor articular y mejorar la función en condiciones como la OA y lesiones deportivas (Khatri et al., 2021).
Glucosamina y Condroitina
Glucosamina y condroitina son componentes estructurales del cartílago y se utilizan ampliamente en la suplementación para la salud articular. La glucosamina contribuye a la formación de glicosaminoglicanos, esenciales para la matriz del cartílago, mientras que la condroitina ayuda a mantener la elasticidad y resistencia, actuando como un amortiguador natural.
Evidencia y eficacia
- La combinación de estos compuestos ha mostrado efectos positivos en la reducción del dolor, la rigidez y la mejora de la funcionalidad en la OA. Sin embargo, la respuesta individual puede variar y algunos estudios reportan beneficios modestos comparados con tratamientos farmacológicos (Shen et al., 2023; Colletti & Cicero, 2021).
- La Sociedad Europea de Aspectos Clínicos y Económicos de Osteoporosis y Artrosis recomienda su uso en el manejo de la OA, aunque destaca la necesidad de considerar la calidad y dosificación del suplemento para maximizar los beneficios.
Ácido Hialurónico
El ácido hialurónico (AH) es un componente fundamental del líquido sinovial que lubrica las articulaciones, mejora la absorción de impactos y regula el equilibrio hídrico. Aunque comúnmente se administra mediante inyecciones intraarticulares, la suplementación oral ha ganado popularidad debido a su facilidad de uso y perfil de seguridad.
Beneficios clínicos
- Estudios indican que el AH oral puede mejorar la movilidad articular y reducir los síntomas de la OA, aunque los resultados pueden depender de la formulación y calidad del suplemento (Minoretti et al., 2024). Su uso es particularmente beneficioso en personas con desgaste articular moderado, proporcionando un enfoque menos invasivo comparado con las inyecciones.
Metilsulfonilmetano (MSM)
MSM es un compuesto orgánico rico en azufre que desempeña un papel en la producción de colágeno y la salud del tejido conectivo. Su capacidad antiinflamatoria y antioxidante ha mostrado aliviar el dolor articular y mejorar la función en personas con OA.
Evidencia
- Aunque se han observado efectos positivos en varios estudios, la evidencia sobre su efectividad varía, y se requieren investigaciones adicionales para confirmar sus beneficios a largo plazo y determinar la dosificación óptima (Colletti & Cicero, 2021).
Probióticos
Los probióticos, especialmente ciertas cepas como Lactobacillus casei Shirota, están siendo explorados por su potencial para reducir la inflamación y el dolor en la OA. Se cree que su acción modula el microbioma intestinal, lo cual podría tener efectos positivos en la respuesta inflamatoria sistémica.
Hallazgos recientes
- Aunque prometedores, los estudios son limitados y aún no se han establecido recomendaciones definitivas. Se necesita más investigación para entender cómo los probióticos pueden integrarse eficazmente en la gestión de la salud articular (Moyseos et al., 2024).
Otros Componentes
Insaponificables de Aguacate y Soja: Estudios sugieren que estos compuestos pueden reducir el dolor articular y la dependencia de antiinflamatorios, especialmente cuando se combinan con condroitina.
Boswellia Serrata: Rica en ácidos boswélicos con propiedades antiinflamatorias, ha demostrado mejorar la movilidad y reducir la inflamación articular en la OA.
Capsaicina: Extraída del chile, actúa sobre los receptores de dolor en las terminaciones nerviosas, aliviando la rigidez y el dolor articular.
Curcumina y Jengibre: Presentan efectos antiinflamatorios y antioxidantes que ayudan a reducir el dolor y mejorar la función articular en la OA.
Polifenoles de Granada, Corteza de Pino y Té Verde: Estos antioxidantes han mostrado beneficios en la reducción del estrés oxidativo y la mejora de la función física en personas con OA.
Ácidos Grasos Omega-3: Conocidos por sus propiedades antiinflamatorias, los ácidos grasos omega-3 (EPA y DHA) pueden mejorar la movilidad y reducir el dolor, mostrando efectos sinérgicos al combinarse con otros suplementos como glucosamina y condroitina.
La suplementación con nutracéuticos como el colágeno, glucosamina, condroitina, ácido hialurónico, MSM y otros compuestos naturales presenta efectos potenciales para mejorar la salud articular, aliviando el dolor y mejorando la movilidad. Sin embargo, no todos los suplementos han demostrado efectos consistentes y se requiere más investigación para confirmar su eficacia y entender mejor sus mecanismos de acción. Aunque los resultados son prometedores, es fundamental considerar la calidad de los productos y la respuesta individual, integrándolos como parte de un enfoque integral para el cuidado articular.
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