OPTIMIZACIÓN NUTRICIONAL EN ADULTOS MAYORES: ESTRATEGIAS PARA AUMENTAR LA INGESTA CALÓRICA Y PROTEICA

Aumentar la ingesta calórica en personas mayores es crucial, ya que, con la edad, factores fisiológicos y psicológicos contribuyen a una disminución del apetito y un mayor riesgo de desnutrición. Estudios indican que el vaciamiento gástrico (GE) y el tránsito gastrointestinal son más lentos en los adultos mayores, lo que resulta en una prolongada sensación de saciedad tras las comidas. Esta situación está influenciada también por cambios en las hormonas de la saciedad, como niveles más altos de la hormona anorexígena colecistoquinina (CCK) y del péptido similar al glucagón 1 (GLP-1) después de comidas ricas en grasas en adultos mayores (Clegg & Williams, 2018; Morley, 2001).

Los requisitos nutricionales de los adultos mayores son objeto de debate, particularmente en cuanto a las proteínas. Aunque la necesidad energética general disminuye debido a cambios en la composición corporal y actividad física reducida, las necesidades de nutrientes como las proteínas se mantienen o incluso pueden necesitar ser aumentadas. Las proteínas son esenciales para mantener la masa muscular, apoyar la cicatrización de heridas y la inmunidad. Además, aunque las proteínas son generalmente saciantes, en los adultos mayores este efecto es menos pronunciado, lo que permite aumentar su ingesta sin reducir la energía total consumida. (Clegg & Williams, 2018; Hung et al., 2019).

Finalmente, optimizar la ingesta dietético-nutricional es fundamental para prevenir la malnutrición. Además, especialmente para los adultos mayores con poco apetito o problemas digestivos, hacer varias comidas pequeñas a lo largo del día en lugar de pocas comidas grandes puede ser más beneficioso. Asimismo, mejorar la palatabilidad de los alimentos a través del sabor, olor, textura (que sean de fácil masticación) y temperatura es clave para incrementar la ingesta de alimentos. Estrategias que mejoran el sabor pueden elevar significativamente el consumo de energía y proteínas en este grupo. Implementar estas medidas de manera saludable puede mejorar la nutrición en los adultos mayores sin la necesidad de grandes comidas.

 

REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES

Es esencial para una dieta equilibrada consumir una variedad de nutrientes que incluyan proteínas, carbohidratos, grasas, así como vitaminas y minerales. Se recomienda mantener un correcto estado de hidratación, teniendo en cuenta que los alimentos también aportan cierta cantidad de este líquido. En cuanto a la fibra, es importante incorporar de 20 a 30 gramos al día a través de alimentos ricos en este nutriente.

Las proteínas deben constituir entre el 10% y el 25% del total de calorías diarias, lo cual equivale aproximadamente a 1 a 1.5 gramos por kilogramo de peso corporal. Las grasas deben constituir al menos entre el 20% y el 35% de las calorías totales diarias, mientras que los hidratos de carbono deberían completar el balance calórico restante.

Mantener este equilibrio en los nutrientes no solo contribuye a una mejor salud general, sino que también asegura la ingesta adecuada de todos los componentes esenciales necesarios para el funcionamiento óptimo del cuerpo.

 

ESTRATEGIAS PARA AUMENTAR EL CONTENIDO CALÓRICO/PROTEICO DE LAS COMIDAS PRINCIPALES Y COLACIONES O SNAKS*

  1. AÑADE GRASAS SALUDABLES. Agrega aceite de oliva o coco, crema de coco, aguacate, crema de frutos secos o frutos secos molidos o quesos a las sopas, purés o vegetales cocidos para aumentar el contenido calórico sin aumentar el volumen de la comida.
  • Crema de calabaza/calabacín/verduras con crema de coco. La crema de coco le aporta un extra de calorías y una textura cremosa. Cómo extra se puede servir con un poco de queso parmesano rallado por encima. Para que sea un plato completo, se le puede añadir proteína  a la crema (huevo cocido, carnes o pescados o suplementos de proteína en polvo).
  • Batido de frutas con crema de coco/ crema de almendras, avellanas/ anacardo o también se pueden añadir frutos secos molidos a las comidas para incrementar el aporte nutricional (es importante asegurarse de que estén bien integrados en la mezcla para evitar atragantamientos, especialmente en personas mayores que puedan tener dificultades para masticar).
  1. UTILIZA LECHE ENTERA O CREMA EN LUGAR DE AGUA al preparar avena, cereales, sopas o batidos, usa leche entera o crema para aumentar el contenido proteico-energético.
  2. ESCOGE ALIMENTOS DE ALTA DENSIDAD ENERGÉTICA. Cremas de frutos secas (antes mencionadas), semillas (como chía, lino y cáñamo à son ricas en omega-3, fibra y proteínas. Se pueden espolvorear sobre ensaladas, mezclarlas en batidos, o añadirlas a la avena o yogur), frutas secas (como dátiles, higos o albaricoques à pueden añadirse a batidos o yogur o utilizarse en la preparación de postres), huevos (contienen proteínas de alto valor biológico y son ricos en nutrientes esenciales).
  3. USO DE SUPLEMENTOS. Batidos/ preparados nutricionales comerciales (ideales para consumir entre comidas o como suplemento a las comidas), y/o proteína en polvo o leche en polvo (pueden añadirse a batidos, purés o cualquier alimento líquido para aumentar el contenido de proteínas y calorías).

 

*(todas estas recomendaciones, dependen significativamente del estado de salud, las patologías existentes y las necesidades dietéticas específicas de cada persona. Antes de hacer cambios en la dieta, especialmente para aquellos con condiciones médicas preexistentes, es crucial considerar varios factores y contactar con un profesional que individualice los requerimientos y necesidades individuales).

  

BIBLIOGRAFÍA

Clegg, M. E., & Williams, E. A. (2018). Optimizing nutrition in older people. Maturitas, 112, 34–38. https://doi.org/10.1016/j.maturitas.2018.04.001

Hung, Y., Wijnhoven, H. A. H., Visser, M., & Verbeke, W. (2019). Appetite and Protein Intake Strata of Older Adults in the European Union: Socio-Demographic and Health Characteristics, Diet-Related and Physical Activity Behaviours. Nutrients, 11(4), 777. https://doi.org/10.3390/nu11040777

Morley J. E. (2001). Decreased food intake with aging. The journals of gerontology. Series A, Biological sciences and medical sciences, 56 Spec No 2, 81–88. https://doi.org/10.1093/gerona/56.suppl_2.81

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